Pedro Juan Gutiérrez viene desde hace años contándonos la Cuba de hoy. Sabe dialogar con sus personajes, casi siempre desolados y al borde de abismos. Un autor que conoce con qué mecanismos de la palabra puede penetrar las costillas de lo narrado.  

por Alejo Vivacqua


Antes que nada, la biografía. Pedro Juan Gutiérrez nació en 1950 en Matanzas, una ciudad a poco más de cien kilómetros de La Habana. Después de varios trabajos de todo tipo descubrió el periodismo y lo ejerció durante veintitantos años hasta que la literatura le dio un motivo para el reconocimiento mundial, no tan pirotécnico pero sí contundente.

La publicación en 1998 de La Trilogía Sucia de La Habana por Anagrama le valió a Pedro Juan la notoriedad y el lanzamiento de su carrera como escritor. Sus relatos de supervivencia en la capital cubana, siempre en el límite entre lo autobiográfico y la ficción pura, trajeron a la luz la vida dura que los isleños sobrellevaron en la década del 90, con una miseria galopante que trajo la caída  de la Unión Soviética.  

Desde su terraza en el barrio de Centro Habana, donde vive y donde transcurren la mayoría de sus cuentos y novelas, Gutiérrez traza una obra cargada de crudeza que lo hace pertenecer, según los etiquetadores de turno, a esa corriente literaria llamada realismo sucio, que también arrastra a nombres como Raymond Carver, Richard Ford, John Fante y, cuándo no, Bukowski, con quien lo han comparado más de una vez. Él se encargó de decirlo muchas veces: la comparación es meramente una movida comercial de algunos, porque él descubrió a Hank cuando ya había publicado muchas de sus novelas.

A la Trilogía… le siguieron otras cuatro obras que entran el Ciclo de Centro Habana y en las que no faltan el ron, el sexo, mucho sexo, las jineteras del Malecón y los trabajos temporales para sobrevivir como se pueda. Además de pintar -su otra vocación- tiene libros de poesía, varias novelas (entre ellas una policial con Graham Greene como protagonista) y obras periodísticas, todos ellos muy difíciles de conseguir en nuestro país. En el Amazon español, sin embargo, están sus diecisiete libros en papel y en kindle.

Pedro Juan responde algunas preguntas desde España, luego de aclarar que en Cuba tiene problemas con la conexión a Internet:  

-Usted trabajó de todo: fue vendedor de helados, cortador de caña de azúcar, instructor de natación, técnico en obras de construcción, locutor de radio…¿Cree en eso de que para escribir primero hay que vivir mucho?

-Sí, definitivamente. Hay que vivir intensamente para poder escribir. No tiene sentido lanzarse a escribir de muy joven. Uno siempre escribe de muy joven pero sólo como un entrenamiento. Creo que la literatura es una reflexión contínua sobre lo que hay en los alrededores y dentro de nuestra cabecita.


-Con La Trilogía Sucia de La Habana logró reconocimiento fuera de Cuba. ¿Cómo llegó a ser publicado por Anagrama y cómo eran esos tiempos antes de dedicarse de lleno a la escritura?

-Trilogía sucia se publicó en Anagrama por puro azar. Se la di en La Habana a una editora francesa y ella la encaminó para España porque supuso que sería difícil encontrar un editor francés que la aceptara. Después se publicó muy bien en Albin Michel. Antes de ese libro me dedicaba sobre todo al periodismo.  26 años de periodismo. Mucho tiempo. Demasiado aguantando pesadeces. Aunque también me produjo algún entrenamiento bueno.

-El Rey de la Habana es, quizás, la más desesperanzadora de sus novelas. ¿Qué componente de realidad tiene la historia?

-El Rey de La Habana es una historia  ideada a partir de muchos fragmentos reales de la vida cotidiana en Centro Habana. Cuando terminé de escribir Trilogía me quedaron esos personajes dando vueltas y al fin salió esa novela, que me hizo sufrir mucho porque la escribí con mucha intensidad, en 57 días de locura y desespero. Sin descanso. Pero es una historia demasiado brutal. No sé si hoy en día podría escribir algo así. Ahora se prepara una película. Con el director español Agustí Villaronga. Se iba a rodar en La Habana, pero al parecer se hará finalmente en Santo Domingo. Villaronga ha escrito un guión maravilloso y creo que será una gran película aunque desgraciadamente no se podrá rodar en La Habana, como sería lógico.

-Los años ´90 fueron muy duros para los cubanos, y esa época es la inspiración de su Ciclo de Centro Habana…¿Cómo recuerda ese tiempo? ¿Cómo sobrevivió a la crisis?

-Los años 90 fueron demasiado  duros. Hambre y  miseria durante demasiado tiempo. Sobreviví con buen humor, sin tomar nada en serio, con mucho sexo, lujuria, alcohol, mujeres. Locura y más locura. Todo menos la depresión y la tristeza. Si nos íbamos a morir sería riéndonos y alegres y borrachos.


-Otros escritores de su generación (Leonardo Padura, Zoé Valdés, Fernando Velázquez Medina) reflejan en sus obras la dura realidad cubana. ¿Qué tipo de relación tiene con ellos? ¿Encuentra similitudes con lo que usted escribe?

-Creo que cada uno de los escritores que mencionas tiene su propio proyecto. Yo tengo el mío. Muy definido. En el fondo de cada uno hay un elemento común: la Cuba de hoy. Pero después cada uno desarrolla su  propia obra.  Y cuando nos encontramos hablamos de otra cosa, nunca de literatura.


-El sexo es un componente vital en su obra, más como catársis de sus personajes que como puro divertimento…¿Es un tema muy presente en la sociedad cubana?

-El sexo sí es una constante en la sociedad cubana. Es algo así como el deporte nacional. Cada vez más. Creo que el componente africano que hay en nuestra población es fundamental. Somos una buena mezcla de españoles y africanos, y eso da buenas vibraciones.



-Usted dice que le ha llevado muchos años lograr el estilo conciso y directo de escritura que es su impronta. ¿Cuánto influyó en eso el haber ejercido el periodismo durante toda su vida?


-Sí, el periodismo fue esencial. Sobre todo el trabajo durante 8 años en una agencia de noticias.  Un gran entrenamiento. No sólo en cuanto al uso del idioma, sino también en hábitos de trabajo y de organización mental.


-¿En qué consiste su rutina actual? ¿Cuánto tiempo le dedica a la escritura?


-Durante muchos años estuve escribiendo intensamente. Ahora, desde 2007, llevo un ritmo más humano, y tengo más tiempo para viajar y leer. Viajo bastante y leo mucho. Escribo menos. También dedico un par de horas diarias para ir a la playa o al gimnasio y cuidarme. Me gusta escribir por la mañana. Escribo mucho a mano, después a máquina, y finalmente paso en el ordenador. Pero ese ritmo es cuando trabajo en una novela. Lo demás, cuentos y poemas, se escriben en cualquier momento, cuando surgen.


-Por último, ¿está trabajando en algo actualmente?


-Sí trabajo en unos poemas que van saliendo  poco a poco y sobre todo en una novela que ya estoy terminando y la tengo en fase de revisión. Una novela en la que pensé durante 21 años hasta que al fin me decidí y empecé. Me costó mucho. Es muy autobiográfica y se desarrolla en mi ciudad natal (Matanzas) en los años  1960's y 70's. Creo que es muy fuerte. Ya me queda poco para terminar.

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