ilustración: Lazy Bones (Mirande Lorikeet)




El flujo de la vida
se resuelve en cursos
que no siempre afloran
en las direcciones
que mas la enaltecen.

Porque nuestro cuerpo,
embajador de nuestra persona
en la tercera dimensión
se deshace en corrientes
comunicado con el mundo
a partir 
de sus propias excreciones.

soy
 un amontonamiento de líquidos
que me recorren
y que a veces expulso
tratando de exorcizarme
 de mí mismo

Pero hay que tener cuidado

                            no hay que  perder la vista

de la desembocadura
a la que arriban
nuestros flujos

puesto que

¿En cuàntas
 bocas que me maldijeron
fue a parar
 mi semen?

¿En cuàntos vientres
que me rechazaron?

¿A cuántos patrones
les entregué la humedad
de mi sudor
para que lo convirtiesen
 en el sustento
de su vulgar
 ostentación?

 Laboratorios 
que me decretaron enfermedades
y pusieron bajo tratamiento:
para ellos, 
fue mi sangre.

Y ¿Por cuàntas personas 
que no sabían de mi existencia
derramé lágrimas
cuya salinidad
 nunca fue saboreada?

Tanta saliva
gastada en palabras
dirigidas
a oídos 
sordos
o intentando
hidratar
un amor 
seco.

soy este enchastre.
Un salpicré de necedades,
una mancha.

Yo quisiera ser un río
no para morir en el mar
sino
para nacer
de una montaña.


|sobre el autor

Ramiro Mases (1990). Nació en Neuquén. Se crío en el seno de una familia peronista. Recibió educación pública formal. 
Se bañó en las aguas del río Limay y residió 18 años a pocos metros de sus orillas.
Publicó algunos textos -con pretensiones poéticas- en antologías y plaquetas de editoriales independientes. Picùn Leufù (Editorial Subpoesìa, 2015) y Cierto clima de inversiones (La fuerza Suave-Nulù Bonsai Editora, 2015) constituyen sus primeros conjuntos unitarios de textos publicados.
Estudió Filosofía.
Vive en Buenos Aires.
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Conspira.

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